
(Obtenga más información sobre la mucopolisacaridosis canina. Crédito de la foto: DusanManic/Getty Images)
La mucopolisacaridosis canina es una enfermedad genética rara. La condición puede afectar los órganos de un perro y causar deformidades físicas.
Específicamente, la condición ocurre cuando una sustancia llamada glicosaminoglicanos (GAG) se acumula en los tejidos de un perro. Esto se debe a que un perro no tiene suficientes enzimas lisosomales.
Desafortunadamente, ciertas razas de perros pueden estar predispuestas a la afección, incluidos los labradores retrievers, los sabuesos de Plott y los pastores alemanes. Además, actualmente no existe una cura para la afección.
Técnicamente, la condición también se conoce como Trastornos metabólicos causados por deficiencia de enzimas lisosomales en perros.
Si ve signos de la afección en su perro, consulte a un veterinario para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Esto es lo que debe saber sobre los síntomas, las causas y los tratamientos para la afección.
Síntomas de la mucopolisacaridosis en perros
La condición produce una variedad de síntomas. Por ejemplo, algunos de los síntomas más comunes incluyen:
- enfermedades de los huesos
- lengua agrandada
- ojos borrosos
- baja estatura
- Tamaño de la cabeza más grande de lo normal
- insuficiencia cardiaca
- problemas en las articulaciones
- problemas en las piernas
- crecimiento lento
Causas de la mucopolisacaridosis en perros
(Crédito de la imagen: FatCamera/Getty Images)
La causa de la enfermedad es genéticamente. Esto significa que un perro nacerá con esta enfermedad.
Además, ciertas razas de perros están predispuestas a la condición. Por ejemplo algunas de estas razas contener:
- pastores alemanes
- Labrador retriever
- Pinscher miniatura
- perros conspiradores
- Corgi Galés
- rottweiler
- caniche miniatura
- Terriers brasileños
- boston terrier
- Schnauzer miniatura
Tratamientos para la mucopolisacaridosis en perros
Primero, su veterinario le preguntará acerca de los síntomas de su perro. En segundo lugar, su veterinario le preguntará sobre el historial médico completo de su perro. Esto incluye problemas específicos de la raza.
En tercer lugar, su veterinario realizará un examen físico completo. Se realizan análisis de sangre y orina. En última instancia, la afección se diagnostica midiendo la cantidad de enzimas lisosomales en la sangre de su perro. Las radiografías también se pueden usar para examinar problemas óseos.
Técnicamente, actualmente no existe una cura para la condición. Aunque los trasplantes de médula ósea pueden ayudar siempre que su perro sea lo suficientemente joven. Su veterinario puede aconsejarle si este procedimiento es una opción.
Además, se puede considerar la terapia de reemplazo enzimático. Aunque este es un proceso costoso.
Finalmente, puede leer más sobre los problemas lisosomales más comunes en los perros aquí.
¿Alguna vez has cuidado a un perro que padecía esta enfermedad? ¿Cómo ayudó su veterinario a su perro a recuperarse? Háganos saber en la sección de comentarios a continuación.